martes, 1 de julio de 2014

EL FIN DE UNA ERA

 Finalmente, la aventura llegaba a su fin, en el 2005, incluso, aquellos infantes habían crecidos, los jóvenes iban a la universidad y la tercera división, se desmantelaba por falta de apoyo económico. El número 23 en 1995, la mascota, el hijo del licenciado Gerardo Calero, quien iba a ver a su papá como director técnico, cerró el ciclo como portero a sus 12 años de edad en el Club Deportivo Roma, luego pasaría a estudiar al Colegio Claretiano. La despedida del equipo se dio en un partido amistoso en Barva de Heredia, con el equipo local, con triunfo del Deportivo Roma. Sería la última vez, que se verían el último uniforme, que el licenciado Calero Miranda, había adquirido a una empresa que le confeccionaba profesionalmente los uniformes a equipos de primera división. Y al igual que el primer uniforme, este llevaba los colores de la bandera, azul, blanco y rojo.  Algunos jugadores advenedizos que venían y no regresaban, se llevaron piezas de uniformes, quienes debían lavar y regresar al siguiente día de entrenamiento. Se cerraba un ciclo para el licenciado Gerardo Calero Miranda, al frente todos esos años de un proyecto hermoso a favor de la niñez y la juventud, y quedarían para la historia deportiva del Cantón de San Rafael de Heredia, algunos trofeos y medallas obtenidas por un equipo que inició en un barrio, en una urbanización, en unas casas.

Club Deportivo Roma, última generación 2005


             En la actualidad, quienes formaron parte de este proyecto son profesionales en diferentes ramas, quienes viven en diferentes lugares, ya casados y con familias. Tendrán en sus corazones y en sus mentes haber formado parte de esta revelación que guardaran como un tesoro para muchos años más. Las luces del campo se apagan pero los recuerdos sobreviven, porque la historia ya está escrita. Gracias a cada uno de esos niños, jóvenes y adultos que llevaron en sus pechos el escudo del CLUB DEPORTIVO ROMA.

1 comentario:

  1. Quizá algún día, cuando esos muchachos quieran, tomarán la antorcha y darán luz a nuevas generaciones. Que el recuerdo del sr. Calero no fenezca en el olvido.

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